Ni de izquierda ni de derecha, es mía

IMG_1959La mente navega mientras el profesor habla, hoy es clase de Historia Social Argentina. Las ideologías flotan por el sexto piso, algunas muy tibias otras muy marcadas que inmediatamente llevan a la confrontación. Se separan dos bandos claros, dos formas de pensar las cosas de manera muy diferente, ellas son las que dividen, ellas son las que no coinciden, ellas son la gran parte de la historia de nuestro país. La izquierda y la derecha. A mí manera de concebir la historia, creo que fuimos (y somos) una sociedad dividida, desde tiempos de Rosas hasta los actuales minutos en los que escribo esta nota. Nunca supe demasiado de política y lo poco que supe fue sellado a fuego por una educación netamente de derecha. Pero hoy con algunos años más y el hámster un poco más entrenado puedo manifestar algunas ideas:

  • Quiero un país, un P-A-Í-S.
  • Quiero un país en el que el argentino sea un todo, no un K o un anti-K, un peronista o un antiperonista, un menemista o un antimenemista. No quiero más esto O lo otro.
  • Quiero un país en el que su pueblo sea representado por alguien que se encargue de gobernar para una sola persona: el argentino.
  • Quiero un campo que le dé de comer al argentino, quiero comer la mejor carne y tomar la mejor leche, quiero volver a las raíces pero sin descuidar lo demás.
  • Quiero una industria que enorgullezca al argentino, y que en Australia agarren un salero y lean «Made in Argentina» y que en estados unidos vendan un auto con motor ARGENTINO.
  • Quiero una sociedad contenta, orgullosa de su país, quiero una sociedad que funcione en equipo, quiero una sociedad que piense en el otro.
  • Quiero tener los mejores trenes, quiero subirme a un colectivo y que el chofer me sonría, quiero ver a mi vecino contento.
  • Quiero un país seguro, quiero salir a caminar de noche sin miedo a nada, quiero mirar las estrellas y dejar de soñar en un país mejor. De una vez por todas quiero vivirlo, no soñarlo.

No quiero escuchar ni a la izquierda ni a la derecha, quiero escuchar al argentino feliz  quiero escuchar la radio contenta y ver a la televisión sonriendo. No quiero más Lanata, no quiero más 6,7,8. Quiero un país que funcione, que trabaje y que dé el ejemplo. Quiero que los demás países digan: «Imitemos a la Argentina».

Evidentemente quiero muchas cosas… Del cual muchas de éllas son imposibles. Hace siglos que pensamos: «las cosas mañana irán mejor» pero me da miedo no vivir para verlo, para sentirlo, me da miedo no volver a sonreír cuando hablo de mi país. Sé que esperar sonreír de la mano de la política es esperar a un imposible, pero eso no se lo puedo hacer saber a mi mente, esa que navega mientras el profesor habla, esa que vuela por el sexto piso con una ideología, una ideología que no es de izquierda ni de derecha, es mía.