Simples marionetas

espartanos-fede-gallardoMedianoche, calor, el viento pega en los ojos, la moto a unos 70 kms/h. Llego a destino, la misma infraestructura que veo todos los jueves a la misma hora. Entro y voy al cuartito donde esta EL. Hay algo diferente, generalmente estoy solo, hoy somos varios que vinimos a dejarle el corazón en sus manos. Abro la puerta. Oración de cambio de hora. Abro mi mochila, saco el kit: parlante, libro y cuaderno. Mismo ritual que todos los jueves a medianoche. De a poco se van algunos, otros se quedan, al final se quedan sólo dos ángeles contemplando lo mismo que contemplo yo. Pasa la hora, apago mi parlante y empiezo a juntar mis cosas. Uno de los ángeles desenfunda su guitarra y empieza a cantar. Nunca escuché una voz igual. Pasan los minutos y no me puedo ir. Media hora después me armo de valor para pararme porque el sueño me esta jugando una mala pasada. Me decido a irme. Misma decisión que toman los dos ángeles. Nos cruzamos en la puerta. Me saludan, las saludo, conversación. Temas espirituales, están ahí porque dentro de poco hacen una misión, hablo de Los Espartanos, las invito a cantar a la cárcel. Sonríen y me dicen que si.

Ya es viernes, 9 de la mañana. El teléfono suena, están afuera de casa, me pasan a buscar para ir los tres juntos. Llevo el mate, testigo indiscutible de situaciones increíbles. Entramos a la Unidad 48: “Cualquier cosa ustedes son mis amigas”. Así se presentan ante cada saludo. Están nerviosas, yo un poco también, no nos conocemos pero lo único que se es que el de arriba nos esta manejando como simples marionetas, me tranquilizo, sé que son cosas de EL. Ya dentro del pabellón llegan los abrazos de siempre, las sonrisas perfectas, las miradas a los ojos y esa sensación de plenitud que se siente cuando uno cruza la puerta del pabellón Nº 8. Ellas se manejan cómo en su casa. Empezamos el Rosario, hay dos ángeles que empiezan a volar. Suenan canciones, todo es alegría.

Segundo misterio. Suena el teléfono de uno de los de la calle: “Recemos por la hija de fulana que murió hoy a la mañana, tenía 8 años, aparentemente fue de muerte súbita”. Conozco a la madre, ubico al padre. ¿Qué carajo? ¿Qué es esta noticia? Me pega fuerte, casi hasta las lágrimas.

  • Primera reflexión: estamos de paso, de paso en serio.
  • Segunda reflexión: tenemos que vivir lo mejor posible cada minuto que estamos vivos. Entender de una vez por todas que no hay un camino a la felicidad, la felicidad es el camino.

Lo entiendo, me convenzo cada vez más de esta forma de vida. Es esto o nada. Es a todo o nada. No hay medias tintas, es vivir o no vivir: “no balconeen la vida, métanse en ella”. Creo ser terminante pero los de mi alrededor expresan en palabras lo mismo que estoy pensando, me quedo tranquilo, no soy el único loco.

Seguimos rezando, siguen las canciones y las vueltas de mate.

Cuarto misterio. Lo reza un Espartano que sufrió un accidente hace unas semanas: “Estaba saliendo de la ducha del pabellón X… cuando uno, que esta mal psicológicamente, me apuñaló cuatro veces. En una me perforó el pulmón y se me empezó a llenar de sangre. Me trasladaron al hospital, llegué de pedo, estoy vivo no sé como. Pero bueno, hoy quiero estar agradeciendo por un día más de vida, por estar acá con ustedes, y quiero pedir por mi familia y por la persona que me apuñaló, para que entre en razón y se mejore”.

Qué carajo. Ya no entiendo más nada. ¿Pidiendo por el flaco que te acuchilló hace 15 días y casi te mata?. Miro para todos lados, no entiendo que pasa en este patio. Esto se supera viernes a viernes. Siempre hay una lección de vida, siempre me llevo algo para casa.

  • Primera reflexión: rezar por nuestros enemigos.
  • Segunda reflexión: tener las pelotas para hacerlo.

Quinto misterio. Uno de los de la calle resulta ser muy amigo del padre de uno de los ángeles. Empieza a hablar y destaca al padre: “Gracias a el entendí la religión, gracias a la enfermedad de tu abuela (refiriéndose a la chica) entendí muchas cosas. Esa muerte trajo muchas cosas buenas, transformó muchas vidas”. Ya veo lágrimas en varias caras. El de la calle sigue hablando y ahora ya no hay una cara sin lágrimas: “A mi amigo se le murió su madre de cáncer y hoy su mujer esta padeciendo lo mismo”. Es decir, la madre de esta chica tiene cáncer. Me pasan mil cosas por la cabeza, me pregunto qué carajo hacemos todos ahí, por qué se conocen ellos, por qué conocí a estas dos chicas anoche, qué hacemos todos lagrimeando y, mientras intento hacer una reflexión, siento que el de arriba se caga de risa. Entiendo una vez más que somos simples marionetas.

Sigo pensando en la historia que cuenta el espartano de la calle: qué enfermedad de mierda el cáncer. Como debe estar sufriendo esa familia, pero cuando escucho hablar a esta chica sobre la enfermedad de la madre me sorprendo. Por primera vez en mi vida escucho algo distinto: “Es una bendición de la Virgen”. No lo logro entender. Qué niveles de fe que maneja la gente, qué altura.

Tan sólo imaginar a mi vieja en esa situación…

Todo esto esta generando cosas, somos pocos, el Rosario es más intimo que de costumbre. El tema del cáncer despierta en algunos presos la necesidad de hablar: “A mi se me murió mi hermana y mi vieja de cáncer. Mi hermana con 28 años, mi vieja con 54. A mi vieja no la pude ver en toda su enfermedad por estar acá adentro pero gracias a Dios pude salir el día antes de que muera. Ese día le pedí disculpas, de todo corazón por el mal que le había causado, ella las acepto y al día siguiente murió en paz. Quiero decirte (hablándole a esta chica) que aproveches y le digas a tu mamá que la amas, pero decíselo todos los días, no esperes a nada, decíselo”.

Se me esta por salir el corazón, pienso en mis viejos y en la vida y en que hoy gracias a Dios están conmigo. Ya es uno de los Rosarios más emotivos que me tocó vivir.

  • Primera reflexión: poner a Jesús y María delante de todo, de absolutamente todo, incluso de una madre, como hizo esta chica cuando dijo “Es una bendición de la Virgen”. Relaciono esas palabras con esta canción: “Quién deja su padre por mí, su madre por mí, me encontrará, me encontrará, no tengas miedo, no tengas miedo, yo estoy aquí, yo estoy aquí. Quién deja su tierra por mi, sus bienes por mi, sus hijos por mi, me encontrará no tengas miedo, yo conozco a quienes elegí”.
  • Segunda reflexión: viejos los amo.

Esta por terminar el Rosario. Uno de los ángeles se presenta, cuenta sus sensaciones de haber conocido a Los Espartanos, habla con mucha altura. Cuenta también una historia. Resulta que tiene una amiga que su padre tenía un local en Tigre y que a ese local iba un chico malo a afanarle todos los días y que un día ese chico malo se arrepintió y volvió de Roma con un Rosario para él.

Loco ¿no? Por si no te acordás es esta historia.

Anteúltima reflexión: hoy estamos, mañana no y así lo explica un chat de hace unas pocas horas: “Hay que vivir a fondo, Fede. Al pedo guardar energías, para descansar vamos a tener la eternidad. Hay que dejar todo en cada pelota, no guardar nada. Cansa… ¡pero es tan lindo!” Coincido querido amigo, vivir a fondo y dejar huella y siempre pero siempre, de la mano del de arriba.

Última reflexión:

Las marionetas que miran para arriba, con los pies en la tierra pero los ojos en el cielo, tienen sus hilos muy largos y finitos. Al tener los hilos tan largos y finitos muchas veces corren el riesgo de cortarse, entonces Dios hace que esos hilos se entrelacen para que se hagan fuertes. Al hacerse más fuertes van a poder caminar juntos por esta vida, entrelazados, como todas las historias de esta nota.

¡Salúd!