El consejo del lugareño
Una de las cosas que hay que tener en cuenta cuando te vas de viaje son los consejos de los lugareños. Por algo son llamados así, ¿no? Era martes, ya veníamos viajando hace 6 días y estábamos cancheros, venía saliendo todo como lo habíamos planeado, hasta ahí era el viaje perfecto. Aclaración: la historia que relato a continuación no fue drástica, ni trágica, ni hubo muertos, ni disparos, ni nada por estilo. ¿Queres leer eso? Te dejo la sección policiales de La Nación. Sigo con el cuento… Nos levantamos en “La Mística” (el mejor hostel de Tilcara), tomamos unos mates y para matar la mañana se nos ocurrió conocer la Garganta del Diablo.
Habíamos hablando con bastante gente y aparentaba ser un programa divertido, así que salimos. La fiera subió unos 8km de ripio sin corcovear, éramos 4, por que habíamos subido a dos changos que estaban haciendo dedo (somos divinos). Cuando llegamos a la Garganta, nos pareció increíble, se veía todo el pueblo desde arriba, estábamos bastante alto (más de 3.000 mts). Caminamos un poco y encontramos un caminito que se dividía en dos, para la izquierda ibas a una cascada (en realidad caía un chorrito de soda, pero zafaba) y para la derecha conocías “El gran cañón”, un mirador de la uuta madre e lo parió. Hicimos los dos y nos gusto, quedamos satisfechos, pero queríamos más. Nos subimos a la fiera y vimos que el camino seguía pa’ arriba, pasando la Garganta. El Dack se acercó a un viejito lugareño que estaba sentado ahí desde Navidad (estaba acabado el pobre) y le preguntó si se podía seguir con el auto, la respuesta fue clara: “Puede seguii hasta una escuelita que hay, pero tengaa cuidado que el camino se corta y no va a poder dar la vuelta”. Con Pato nos miramos y dijimos: “Vamos, ya estamos acá, probemos” (esa frase que se repite mil y un veces cuando haces un buen viaje). Le metimos pa´ arriba, el paisaje era cada vez más impactante pero el camino cada vez más jodido. Entre montaña y montaña vimos que se nos aproximaba la famosa «escuelita», observábamos prácticamente todo, menos el camino, el camino cortado… Había más piedras que en la 9 de Julio después de un piquete (?). Nos miramos como dos boludos y dijimos: ¨El consejo del viejo fue claro ¨tengan cuidado que en un momento el camino se corta y no van a poder dar la vuelta¨¨:
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Corrección a mi comentario: «los dejo por que vamos a tratar de evitar un accidente». Tanta altura me apunó.
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El consejo mío es que, cuando te vas de viaje, le hagas caso a un lugareño.
Sabio el viejito, ignorantes nosotros.