Esperando la Navidad
Me parece raro estar escribiendo esto, no lo suelo hacer, no suelo exteriorizarlo pero me di cuenta que hago mal en no hacerlo. Entramos en la primer semana de diciembre, llega navidad, llega fin de año. La cabeza va a revoluciones cada vez más fuertes, decimos que llegá la hora de hacer un balance, de estudiar la situación en la que estamos hoy, pero poco hacemos de esto. Seguimos y corremos en una vorágine que nos contamina y que se nos contagia como un virus. Todos, creo yo, estamos igual… Hoy decidí parar. Quise frenar un poco y pensar, pero no en todo lo que paso, sino en lo que viene.
Se acerca Navidad, una fecha que solemos asociar a regalos, comida y familia. Pero lejos esta el sentido de la Navidad en todo eso.
El 24 a la noche nace Jesús, aquél que dio absolutamente TODO por nosotros, aquel que nos viene a enseñar que sólo con amor podemos vivir en este mundo. Amor por el que tengo al lado, amor por mis amigos, por mis compañeros de trabajo, mis hermanos, mi vieja, mi viejo… En fin, amor a los demás.
Este año tuve dos experiencias fuertes en relación a esto. Hice dos retiros espirituales: el de arriba me puso en el camino a gente increíble, pero lo más importante es que me puso en SU camino. Desde chico, doy gracias a Dios haber tenido una educación en la que me hablen de esto. Pero no supe captar lo que realmente me decían… creía saber de que hablaba Jesús, creía entender cada uno de sus evangelios, creía saber qué es lo que había qué hacer, pero en esos dos abrazos con él, en esos dos retiros, no solo me di cuenta de lo lejos que estaba de entenderlo, sino que me hizo comprender lo que me intentaba decir, me hizo ver la vida de otra forma.
Es increíble, pero hoy veo la realidad con otros ojos, en esos dos abrazos con el comprendí muchas cosas, pero también me hizo tomar conciencia de muchas otras. Una de las tantas fue hacerme caer en la dura realidad y darme cuenta de lo mal que estaba accionando en determinadas situaciones, otra fue creer que la religión era ir a misa, rezar y nada más… Qué equivocado estaba, qué placer que este año pude tomar conciencia. Qué feliz me hace…
Me pone contento que sea recién la primer semana de diciembre, para volver a entrar en razón, para volver a conectarme con eso que fue tan fuerte, con eso que me cambió la forma de mirar la vida. Qué bueno que quedan sólo 20 días para volver a abrazar a Jesús, qué bueno que puedo tomar conciencia de lo fuerte que es eso. Qué bueno que tengo tiempo para pedir, también para pedir perdón, pero, sobre todo, para agradecer todo lo que me dio este año.
En estos 20 días en los que espero a Jesús voy a intentar vivirlo día a día, momento a momento, reacción a reacción, contestación a contestación, creo que es la mejor manera de entrar en clima, porque lo que viene es fuerte, fuerte de verdad y yo, por lo menos, quiero estar preparado.
Te aconsejo que intentes frenar un poco para acercarte a vos mismo, para tener un momento de reflexión y para abrazarte con Jesús.
Te aconsejo que te prepares para vivir una Navidad diferente con mucha paz, alegría y amor.