Pablito, mi maestro

13 de enero de 2004. Jugaba al futbol en casa. Mamá me llama a los gritos. Me cuenta, con los ojos vidriosos, que llamaron desde el campo. Tuviste un accidente. Te fuiste. Partiste. ¿Tan rápido?

Yo ni siquiera entendía el significado de la muerte. Mamá ¿no lo voy a ver más? ¿pero a dónde se fue? ¿dónde está mamá? ¿no lo voy a poder abrazar? Es mi mejor amigo mamá, ¿por qué?

Mamá me apretujó, en silencio, y me besó la frente. Teníamos 15 años. Vos ya habías cumplido tu misión. Yo, gracias a vos, me empezaba a despertar.

Hoy te recuerdo con una sonrisa, no encuentro otra forma de hacerlo. Me enseñaste a vivir, a valorar y a honrar la vida. A mi corta edad entendí que todo esto es un instante, es un regalo y fuiste mi mejor ejemplo.

Me enseñaste a disfrutar de una canción, del sol en la cara, del silencio de la montaña, de la grandeza de los árboles, de la belleza de las flores. Me enseñaste el valor de un abrazo, de una buena conversación y de los gestos de amor chiquitos.

Me enseñaste a perseverar y a tener disciplina. Me enseñaste a vivir cerca de Dios y a sembrar esa semilla en cada una de las personas que se me crucen en esta vida. Me enseñaste el oficio de jardinero, me duró poco, ja. “Dios actúa cómo un jardinero, y a cada uno de nosotros nos ve cómo una flor. Cuando esa flor está en su mejor momento, cuando brilla y reluce, Él la corta y se la lleva para su jardín”. Entiendo por qué conectabas tanto con tu huerta y tu jardín.

Siempre disfruto de un mate solo, porque me lo imagino charlando de la vida con vos.

Siempre disfruto de un mate con amigos, porque sé que ahí estás vos. Gracias amigo del alma. Hace 17 años te convertiste en mi maestro y me diste la mejor lección, me enseñaste a vivir con el corazón en la mano.

Pasan los años y va calando hondo tu mensaje.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

PD: Hoy también es el aniversario de la partida de Alma, la hija de Carmen. Ella me contó que los 13 de enero, en la India, se celebra una de las fiestas más importantes del año, porque se abren los cielos y suben los maestros ascendidos.