Un año en el Sur

“Que encuentres lo que vas a buscar”, decían muchos de los mensajes que recibí en pleno viaje con mi perra el 1° de agosto del 2020.
Desensillé, me acomodé y empecé a trabajar en mí.
Viví, durante muchos meses, una especie de retiro espiritual. Me hice amigo del silencio y de la soledad y la inmensidad de las montañas me acomodó de un cachetazo para trabajar también la humildad (pucha que cuesta) 🏔.

Soy de los que creen que siempre tenemos algo para mejorar, para intentar ser mejores que hoy a la mañana, porque estamos llamados a ser lo más perfectos que podamos ser. Me apoyo en mi inagotable fuente de inspiración, que es Jesús, quien vino a esta tierra para que intentemos parecernos a Él, y no para que Él se acomode a nuestra mediocridad 👊🏻.

Mi rutina en la montaña cambió. Ya no tenía los cientos de programas que tenía en Buenos Aires. Estuve muchísimo tiempo conmigo, entendiendo que puedo ser mi mejor programa 😅.

Empecé a vivir en coherencia: cuerpo, mente y alma. Creo que como resultado de esto, llegó quién es hoy mi compañera, quien me hace mejor persona y me desafía a ser mi mejor versión (@micabeccarv) 🌷.

Los domingos en la casa de los viejos en Tigre, se transformaron en domingos de asado en lo de mi hermano y su familia, que me acobijaron como quien cuida a un cachorro que vive los primeros días lejos de la hembra.

Y es por eso que elijo esta foto para rememorar tan lindo año en San Martín. Es un abrazo de agradecimiento a la persona que me dió absolutamente todo para que yo pueda abrir las alas y volar entre los picos de estas montañas 🦅.

Gracias Diego, tu generosidad no tiene límites, ni la de tu mujer, ni la de tus hijos. ¡Me la hiciste muy fácil!

Siempre dije que quería formar una familia como la que formaron mis viejos, llena de valores, logrando cosas que hoy parecen imposibles, como seguir juntos después de 51 años o lograr que sus hijos sean, además de hermanos, amigos.

Qué linda es la vida ❤️