Buen día a las 4 de la mañana. Buen día desvelo y cansancio extremo. Buen día ínfimas horas de sueño. Buen día transpiración repentina. Buen día angustia divina.
*
Buen día primeras lágrimas del día. Buen día intentar dormir de nuevo. Buen día a esta vida hace varios días. Buen día comerme los dedos de tanta ansiedad. Buen día angustia divina.
*
Buen día dolor en el pecho. Buen día amor lleno espinas. Buen día ganas de abrazarte. Buen día al bendito infierno que hay adentro mío. Buen día angustia divina.
*
Buen día café sin azúcar. Buen día primeras luces del día. Buen día ganas de verte. Buen día, día. Buen día angustia divina.
*
Buen día mirada perdida. Buen día segundas lágrimas del día. Buen día vista desde el balcón. Buen día inspiración dormida. Buen día angustia divina.
*
Buen día intento de poema barato. Buen día pésima forma de llamar tu atención. Buen día impresentable forma de decirte que te extraño. Buen día a la frase “no puedo vivir sin vos”. Buen día manos en la cabeza con resoplido. Buen día angustia divina.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/Tigre-Buenos-Aires-Argentina.jpg6251080administratorhttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngadministrator2017-12-03 10:33:202021-03-06 17:51:00Buen día
«No permanecer caído» es el relato escrito por Federico Gallardo, sobre el equipo surgido en 2009, impulsado por Eduardo Coco Oderigo.
«¿Es un libro duro, doloroso triste? ¿O tiene final feliz?» La pregunta surgió desde las sillas del público y la respuesta de Federico Gallardo, autor de «No permanecer caído» surgió espontánea: «Es un libro con esperanza». La historia de Los Espartanos, el equipo de rugby nacido en 2009 en el pabellón 8 de la cárcel de máxima seguridad de San Martín, ya tiene su relato escrito y fue presentado ayer en La Botica del Ángel.
Gallardo, futbolero de alma y que no tiene reparos en confesar sus prejuicios respecto al mundo del rugby antes de sumarse a esta experiencia hace cuatro años, estuvo acompañado por Eduardo «Coco» Oderigo , ex jugador del SIC y promotor de esta idea a partir de una primera visita a la unidad penitenciaria, y por su compañero de misión Jorge «Negro» Mendizábal, también ex rugbier (jugó en Pueyrredón) que trabaja junto a Oderigo desde el primer momento.
Pero sin dudas, las estrellas del encuentro fueron el Chino, el Colo, la Liebre y Emi, algunos de los «espartanos» que ya dejaron el penal pero continúan ligado a un proyecto que no deja de multiplicarse. «Estoy entrenando a 16 chicos de mi barrio, Libertad, en Merlo, e intento transmitirles los valores que me enseñó este deporte y que me cambiaron la cabeza», explicaba el Chino. «Viajo con mi novia todos los domingos cuatro horas en moto desde Tortuguitas a La Plata para jugar con los chicos del Hogar San Lucas, pibes huérfanos y con discapacidades severas», contaba el Colo, abandonado por su madre a muy temprana edad.
Las suyas son algunas de las 15 historias que relata Federico Gallardo relata, todas ellas recogidas «en charlas con el corazón abierto, en las que ellos se iban abriendo y todos terminábamos llorando». Publicado por la Editorial Logos, «No permanecer caído» se vende en las librerías El Ateneo y Cúspide, y todos los fondos obtenidos serán destinados a la Fundación Espartanos, cuyos voluntarios ya han logrado reproducir el proyecto en 35 cárceles del país.
Una serie televisada y la afiliación a la Unión de Rugby para empezar a competir de manera regular aparecen en el horizonte a medio plazo. Pero para eso habrá que esperar. Por ahora, lo recomendable es sentarse a leer y emocionarse con estas 15 historias de esperanza.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/Presentación.jpg7651360administratorhttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngadministrator2017-11-15 13:50:372021-03-06 17:34:42Los Espartanos ya tienen su propio libro por La Nación
https://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.png00administratorhttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngadministrator2017-11-15 13:46:292021-03-06 17:34:52No permanecer caído en Fox Sports
Después de meses de trabajo y muchísimo esfuerzo, se concretó un sueño. Plasmar la historia de Los Espartanos en un libro, se llama «No permanecer caído».
El 8 de noviembre de 2017 salió a la venta en las tiendas Cúspide, Yenny – El Ateneo, La Boutique del Libro y en las librerías más grandes del país, agotando la primera edición al mes de la fecha de su publicación.
En febrero 2025 se publicó la novena edición, llegando a más de 35.000 libros vendidos en su totalidad, gracias a la gente que cree en las segundas oportunidades.
¿De qué se trata?
No permanecer caído es la historia de Los Espartanos, un equipo de rugby creado por Eduardo “Coco” Oderigo que logró cambiar la vida de innumerables personas gracias al deporte, la espiritualidad, la educación y el trabajo formal.
Presentación en la Feria del Libro 2018.
Este libro brinda testimonios de vida de Los Espartanos, el equipo de rugby de la Unidad Penitenciaria Nº 48 de San Martín, Provincia de Buenos Aires. Ellos nos enfrentan a una realidad: hay personas que están condenadas desde la cuna a tener vida de perros maltratados. Sus infancias son relatos crudos, postales del infierno mismo.
¿Qué duele más? ¿Nunca haber recibido un abrazo o estar encerrado en una celda húmeda sin ropa ni comida? ¿Pesa más una madre que abandona, seis puñaladas en la espalda por un pedazo de pan, o un padre borracho dando una paliza brutal a un niño? ¿Cómo sobrevivir a todo esto sin resentimientos? ¿Es posible el cambio de mentalidad?
La pelota de rugby y el rezo del Rosario parecen ser los atajos que preparan el terreno para dar el gran salto al vacío: pedir perdón, perdonar, y perdonarse. Cuando se alcanza ese punto de maduración en la historia de cada uno, las personas quedan listas para aprovechar una nueva oportunidad. Porque siempre se puede volver a empezar. Y como nos enseñó el papa Francisco: “En el arte de ascender lo importante no es no caer, sino no permanecer caído”.
Sobre el autor:
Licenciado en Comunicación Social, Coach Ontológico y Ejecutivo. Su propósito es generar consciencia y acompañar a las personas en su transformación personal y profesional.
Tiene dos podcasts sobre espiritualidad y consciencia:El podcast de Fede Gallardo y Con el corazón en la mano. Maratonista, escritor, hincha de Boca y fanático de Joaquín Sabina, ama la pesca con mosca, el mate y las buenas conversaciones.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/nopermanecercaido8-en3d-1.png27642386administratorhttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngadministrator2017-11-07 11:04:442025-02-21 20:27:23No permanecer caído, la historia de Los Espartanos
Hacía dos noches que no dormía, tenía en mi teléfono la entrada de aquel partido de fútbol que me cambiaría la vida por siempre. Y lo presentía, esa era la razón del insomnio. Ya estaba cansado, la ansiedad era grande. En todos los medios de la ciudad se titulaba que un tal Messi, elegido como el mejor jugador de fútbol de la historia, hacía varios partidos que no metía un gol. El rival de aquel equipo era el Sevilla. Aquel día llegué, acostumbrado a la desorganización de mi país, tres horas antes de que arranque el show.
Siempre fui caradura y mucho más en un país ajeno al mío. Siempre me importó poco el que dirán cuando algo se me pone en la cabeza y soy más de romper barreras que de respetarlas. Muchos no comprenden mi filosofía e insisten en que me la voy a pegar contra la pared, otros me aplauden. Lo cierto es que aquel día, en el campo de juego había un argentino más; también decidido a romper barreras. No estaba solo. Estar a pocos metros del césped del Camp Nou no es para muchos, hablo de 6 u 8 metros y hablo de la suerte que tuve… Había, aquel día, una atmósfera particular. Se sentía en el aire que aquella noche algo distinto iba a pasar; que dos personas de un país sudamericano iban a hacer lo que se les cante las pelotas, uno en la cancha, el otro en las tribunas.
1-0, Messi, min 16. Falta por toda la escuadra.
Dice el Diario Sport que compré al día siguiente. Me gasté un euro en pedazos de papel por dos motivos, el primero fue porque soy una especie de coleccionista de diarios deportivos de otros países, el segundo, porque sabía que casi tres años después me iba a sentar con un vino a escribir sobre aquel partido.
1-1, Alba, propia puerta, min 46. Autogol del canterano al intentar despejar un centro de Vitolo.
2-1, Neymar, min 48. Cabezazo del brasileño a centro de Xavi.
3-1, Rakitick, min 65. El croata cabecea a gol un centro de Luis Suárez.
4-1, Messi, min 71. Leo marca a pase de Neymar.
5-1, Messi, min 78. De potente zurdazo.
Uno ya había hecho lo que se le cantó la gana; tres goles, ovación, se fue de la cancha en brazos de sus compañeros, era récord de Liga, video especial al final de partido y muchas cosas más…
Ahora me tocaba a mi.
Minutos antes de que arranque aquel encuentro caminé por toda la tribuna con la camiseta del club que llevo tatuado en la piel. Atrás de uno de los arcos estaba la “popular”, un par de bombos y no mucho más… Un gordo grande y feo me gritó “tío, eres del Boca” y me estiró los brazos para fundirnos en un abrazo. No sabía quién era, ni el tampoco quién era yo, pero en ese abrazo, íntimo y verdadero, como de dos mejores amigos que no se ven hace muchos años, me di cuenta que la pasión no tiene fronteras:
– Lo que hacen tío en la tribuna esos muchachos de la 12, para nosotros son admiración pura.
– La verdad es que sí, es una fiesta los 90 minutos, ojalá algún día puedas ir.
– Es mi sueño, tío.
– Yo estoy cumpliendo el mío, que era estar acá y ver a Messi, seguro que vos lo vas a cumplir.
Y me sonrió, creo que por haberle entregado el corazón en tan pocos minutos, otra de las cosas que suelo hacer. Cuando me estaba dando media vuelta para irme me dijo:
– Oye, ¿no quieres venir a falta de unos minutos antes de que termine el encuentro a alentar con nosotros?
– A partir del minuto 80 estaré contigo, tío. Esa sana costumbre de imitar idiomas…
Hasta el 4-1 del Barça yo había sido un hincha bien argentino, gritando los goles de Messi mucho más que los demás, agradeciéndole a Dios a los gritos por haberlo hecho de mi país, y siguiendo las sanas costumbres argentinas; putear al árbitro cuando no era necesario y hasta generar algunas risas en los catalanes que me rodeaban con comentarios lunfardos.
Pero todo cambió. El diario Sport dice:
5-1, Messi, min 78. De potente zurdazo. Dice el diario Sport.
Me faltaban dos minutos para encontrarme con mi nuevo amigo y Messi ya había metido el tercero. No pude esperar, en el minuto 79 dejé mi butaca vacía y fui corriendo desesperadamente a abrazar al gordo. Me costó encontrarlo pero me salvó un grito de amor y amistad: “¡Hey Boca! ¡Aquí!” y sonreí. Messi se había convertido en máximo goleador de la historia de la Liga Española y mi nuevo amigo lo sabía. Quizás pudo ver en mis ojos lo lejos que estaba de casa o quizás entendía el dolor de no poder abrazarme con un amigo o un hermano. Aquel gordo tuvo algo más que compasión, tomó todo tipo de roles, se convirtió en mi amigo y mi hermano por milésimas de segundos, me abrazó y apretujó de tal manera que no pude evitar el llanto.
– Qué fiesta tío, qué emoción, este chaval es de otro planeta…
Me dijo al mirarme a lo ojos, los suyos también lagrimeaban.
– Toma, te mereces esto.
Y me entregó, como le entrega la espada de honor el maestro samurái a su discípulo, un pedazo de palo de madera con punta de trapo. Lo miré con lágrimas de emoción porque sabía lo que significaba para él y antes de que pueda decirle algo, se deshizo de su más preciado valor, de su arma de guerra, de la mitad de su ser: el bombo más grande de este mundo, el bombo del Camp Nou.
– Golpealo tío, hazlo como nunca en tu vida porque hay más de cien mil personas que te están esperando. Y sé que lo harás bien tío, porque eres del Boca…
Y así fue como aquel 22 de noviembre de 2014 hubo dos personas de un país sudamericano en el estadio del Barcelona que hicieron lo que se les cantó las pelotas, uno en la cancha, el otro en las tribunas.
Buen día
/0 Comentarios/en Blog, Reflexiones /por administratorBuen día desvelo y cansancio extremo.
Buen día ínfimas horas de sueño.
Buen día transpiración repentina.
Buen día angustia divina.
*
Buen día primeras lágrimas del día.
Buen día intentar dormir de nuevo.
Buen día a esta vida hace varios días.
Buen día comerme los dedos de tanta ansiedad.
Buen día angustia divina.
*
Buen día dolor en el pecho.
Buen día amor lleno espinas.
Buen día ganas de abrazarte.
Buen día al bendito infierno que hay adentro mío.
Buen día angustia divina.
*
Buen día café sin azúcar.
Buen día primeras luces del día.
Buen día ganas de verte.
Buen día, día.
Buen día angustia divina.
*
Buen día mirada perdida.
Buen día segundas lágrimas del día.
Buen día vista desde el balcón.
Buen día inspiración dormida.
Buen día angustia divina.
*
Buen día intento de poema barato.
Buen día pésima forma de llamar tu atención.
Buen día impresentable forma de decirte que te extraño.
Buen día a la frase “no puedo vivir sin vos”.
Buen día manos en la cabeza con resoplido.
Buen día angustia divina.
Los Espartanos ya tienen su propio libro por La Nación
/0 Comentarios/en Blog, La cárcel /por administrator«No permanecer caído» es el relato escrito por Federico Gallardo, sobre el equipo surgido en 2009, impulsado por Eduardo Coco Oderigo.
«¿Es un libro duro, doloroso triste? ¿O tiene final feliz?» La pregunta surgió desde las sillas del público y la respuesta de Federico Gallardo, autor de «No permanecer caído» surgió espontánea: «Es un libro con esperanza». La historia de Los Espartanos, el equipo de rugby nacido en 2009 en el pabellón 8 de la cárcel de máxima seguridad de San Martín, ya tiene su relato escrito y fue presentado ayer en La Botica del Ángel.
Gallardo, futbolero de alma y que no tiene reparos en confesar sus prejuicios respecto al mundo del rugby antes de sumarse a esta experiencia hace cuatro años, estuvo acompañado por Eduardo «Coco» Oderigo , ex jugador del SIC y promotor de esta idea a partir de una primera visita a la unidad penitenciaria, y por su compañero de misión Jorge «Negro» Mendizábal, también ex rugbier (jugó en Pueyrredón) que trabaja junto a Oderigo desde el primer momento.
Pero sin dudas, las estrellas del encuentro fueron el Chino, el Colo, la Liebre y Emi, algunos de los «espartanos» que ya dejaron el penal pero continúan ligado a un proyecto que no deja de multiplicarse. «Estoy entrenando a 16 chicos de mi barrio, Libertad, en Merlo, e intento transmitirles los valores que me enseñó este deporte y que me cambiaron la cabeza», explicaba el Chino. «Viajo con mi novia todos los domingos cuatro horas en moto desde Tortuguitas a La Plata para jugar con los chicos del Hogar San Lucas, pibes huérfanos y con discapacidades severas», contaba el Colo, abandonado por su madre a muy temprana edad.
Una serie televisada y la afiliación a la Unión de Rugby para empezar a competir de manera regular aparecen en el horizonte a medio plazo. Pero para eso habrá que esperar. Por ahora, lo recomendable es sentarse a leer y emocionarse con estas 15 historias de esperanza.
Fuente: LA NACIÓN
No permanecer caído en TNT Sports
/0 Comentarios/en Blog, La cárcel /por administratorGracias TNT Sports por la difusión y decir SÍ a las segundas oportunidades.
Encontralo en Cúspide Libros y Yenny-El Ateneo.
#NoPermanecerCaído
#LosEspartanos
No permanecer caído en Fox Sports
/0 Comentarios/en Blog, La cárcel /por administratorGracias Fox Sports por la difusión y decir SÍ a las segundas oportunidades.
Encontralo en Cúspide Libros y Yenny-El Ateneo.
#NoPermanecerCaído
#LosEspartanos
No permanecer caído, la historia de Los Espartanos
/0 Comentarios/en Blog, La cárcel /por administratorEl 8 de noviembre de 2017 salió a la venta en las tiendas Cúspide, Yenny – El Ateneo, La Boutique del Libro y en las librerías más grandes del país, agotando la primera edición al mes de la fecha de su publicación.
En febrero 2025 se publicó la novena edición, llegando a más de 35.000 libros vendidos en su totalidad, gracias a la gente que cree en las segundas oportunidades.
¿De qué se trata?
No permanecer caído es la historia de Los Espartanos, un equipo de rugby creado por Eduardo “Coco” Oderigo que logró cambiar la vida de innumerables personas gracias al deporte, la espiritualidad, la educación y el trabajo formal.
Presentación en la Feria del Libro 2018.
Este libro brinda testimonios de vida de Los Espartanos, el equipo de rugby de la Unidad Penitenciaria Nº 48 de San Martín, Provincia de Buenos Aires. Ellos nos enfrentan a una realidad: hay personas que están condenadas desde la cuna a tener vida de perros maltratados. Sus infancias son relatos crudos, postales del infierno mismo.
¿Qué duele más? ¿Nunca haber recibido un abrazo o estar encerrado en una celda húmeda sin ropa ni comida? ¿Pesa más una madre que abandona, seis puñaladas en la espalda por un pedazo de pan, o un padre borracho dando una paliza brutal a un niño? ¿Cómo sobrevivir a todo esto sin resentimientos? ¿Es posible el cambio de mentalidad?
La pelota de rugby y el rezo del Rosario parecen ser los atajos que preparan el terreno para dar el gran salto al vacío: pedir perdón, perdonar, y perdonarse. Cuando se alcanza ese punto de maduración en la historia de cada uno, las personas quedan listas para aprovechar una nueva oportunidad. Porque siempre se puede volver a empezar. Y como nos enseñó el papa Francisco: “En el arte de ascender lo importante no es no caer, sino no permanecer caído”.
Sobre el autor:
Licenciado en Comunicación Social, Coach Ontológico y Ejecutivo. Su propósito es generar consciencia y acompañar a las personas en su transformación personal y profesional.
Co-fundador de la Fundación Espartanos, plasmó en No permanecer caído la fuerza de la transformación en las cárceles. Imparte conferencias y crea contenido sobre liderazgo, trabajo en equipo y toma de decisiones.
Tiene dos podcasts sobre espiritualidad y consciencia: El podcast de Fede Gallardo y Con el corazón en la mano. Maratonista, escritor, hincha de Boca y fanático de Joaquín Sabina, ama la pesca con mosca, el mate y las buenas conversaciones.
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/2 Comentarios/en Blog, Madrid /por administratorHacía dos noches que no dormía, tenía en mi teléfono la entrada de aquel partido de fútbol que me cambiaría la vida por siempre. Y lo presentía, esa era la razón del insomnio. Ya estaba cansado, la ansiedad era grande. En todos los medios de la ciudad se titulaba que un tal Messi, elegido como el mejor jugador de fútbol de la historia, hacía varios partidos que no metía un gol. El rival de aquel equipo era el Sevilla. Aquel día llegué, acostumbrado a la desorganización de mi país, tres horas antes de que arranque el show.
Siempre fui caradura y mucho más en un país ajeno al mío. Siempre me importó poco el que dirán cuando algo se me pone en la cabeza y soy más de romper barreras que de respetarlas. Muchos no comprenden mi filosofía e insisten en que me la voy a pegar contra la pared, otros me aplauden. Lo cierto es que aquel día, en el campo de juego había un argentino más; también decidido a romper barreras. No estaba solo. Estar a pocos metros del césped del Camp Nou no es para muchos, hablo de 6 u 8 metros y hablo de la suerte que tuve… Había, aquel día, una atmósfera particular. Se sentía en el aire que aquella noche algo distinto iba a pasar; que dos personas de un país sudamericano iban a hacer lo que se les cante las pelotas, uno en la cancha, el otro en las tribunas.
1-0, Messi, min 16. Falta por toda la escuadra.
Dice el Diario Sport que compré al día siguiente. Me gasté un euro en pedazos de papel por dos motivos, el primero fue porque soy una especie de coleccionista de diarios deportivos de otros países, el segundo, porque sabía que casi tres años después me iba a sentar con un vino a escribir sobre aquel partido.
1-1, Alba, propia puerta, min 46. Autogol del canterano al intentar despejar un centro de Vitolo.
2-1, Neymar, min 48. Cabezazo del brasileño a centro de Xavi.
3-1, Rakitick, min 65. El croata cabecea a gol un centro de Luis Suárez.
4-1, Messi, min 71. Leo marca a pase de Neymar.
5-1, Messi, min 78. De potente zurdazo.
Uno ya había hecho lo que se le cantó la gana; tres goles, ovación, se fue de la cancha en brazos de sus compañeros, era récord de Liga, video especial al final de partido y muchas cosas más…
Ahora me tocaba a mi.
– Lo que hacen tío en la tribuna esos muchachos de la 12, para nosotros son admiración pura.
– La verdad es que sí, es una fiesta los 90 minutos, ojalá algún día puedas ir.
– Es mi sueño, tío.
– Yo estoy cumpliendo el mío, que era estar acá y ver a Messi, seguro que vos lo vas a cumplir.
Y me sonrió, creo que por haberle entregado el corazón en tan pocos minutos, otra de las cosas que suelo hacer. Cuando me estaba dando media vuelta para irme me dijo:
– Oye, ¿no quieres venir a falta de unos minutos antes de que termine el encuentro a alentar con nosotros?
– A partir del minuto 80 estaré contigo, tío. Esa sana costumbre de imitar idiomas…
Hasta el 4-1 del Barça yo había sido un hincha bien argentino, gritando los goles de Messi mucho más que los demás, agradeciéndole a Dios a los gritos por haberlo hecho de mi país, y siguiendo las sanas costumbres argentinas; putear al árbitro cuando no era necesario y hasta generar algunas risas en los catalanes que me rodeaban con comentarios lunfardos.
Pero todo cambió. El diario Sport dice:
5-1, Messi, min 78. De potente zurdazo. Dice el diario Sport.
Me faltaban dos minutos para encontrarme con mi nuevo amigo y Messi ya había metido el tercero. No pude esperar, en el minuto 79 dejé mi butaca vacía y fui corriendo desesperadamente a abrazar al gordo. Me costó encontrarlo pero me salvó un grito de amor y amistad: “¡Hey Boca! ¡Aquí!” y sonreí. Messi se había convertido en máximo goleador de la historia de la Liga Española y mi nuevo amigo lo sabía. Quizás pudo ver en mis ojos lo lejos que estaba de casa o quizás entendía el dolor de no poder abrazarme con un amigo o un hermano. Aquel gordo tuvo algo más que compasión, tomó todo tipo de roles, se convirtió en mi amigo y mi hermano por milésimas de segundos, me abrazó y apretujó de tal manera que no pude evitar el llanto.
– Qué fiesta tío, qué emoción, este chaval es de otro planeta…
Me dijo al mirarme a lo ojos, los suyos también lagrimeaban.
– Toma, te mereces esto.
Y me entregó, como le entrega la espada de honor el maestro samurái a su discípulo, un pedazo de palo de madera con punta de trapo. Lo miré con lágrimas de emoción porque sabía lo que significaba para él y antes de que pueda decirle algo, se deshizo de su más preciado valor, de su arma de guerra, de la mitad de su ser: el bombo más grande de este mundo, el bombo del Camp Nou.
– Golpealo tío, hazlo como nunca en tu vida porque hay más de cien mil personas que te están esperando. Y sé que lo harás bien tío, porque eres del Boca…
Y así fue como aquel 22 de noviembre de 2014 hubo dos personas de un país sudamericano en el estadio del Barcelona que hicieron lo que se les cantó las pelotas, uno en la cancha, el otro en las tribunas.