El oficio de escribir

Escribir…✍🏻
Cuaderno, una birome y el oficio de escribir. Siempre desde el alma, no se negocia.
La tinta refleja cómo estoy, qué siento, qué duele, por qué agradezco, qué me hizo reír, con quién charlé de la vida, a quién extraño o qué quiero transmitir…

Escribir…
Dejar plasmada o poder transmitir tristeza.

¿Sentís mi tristeza mientras lees? ¿La sentís? ¿No sentís mi dolor en la boca del estomago? Arde, te juro. Quema, ¿lo sentiste alguna vez? Bueno, eso. ¿Sabías que hoy me levanté así? ¿No lo sabías no? Ahora que me lees, lo sabés. ¿Sabés que suena un piano de fondo? ¿Qué hay unos troncos que se queman en la salamandra y que afuera nieva? Tengo la espalda encorvada, ¿sabías? No me puedo mantener derecho porque me duele el alma. Una lágrima cae en el teclado, no la podés ver, pero podés sentir como se mojan las yemas de mis dedos tratando de sacarla. Se cae otra. Me tapo la cara con las dos manos, ¿lo sentís? Viene desde adentro, te juro. Me duele lo mismo que a vos, ese dolor, el más intimo, sí, ese, te juro que lo siento. Por eso me quema, porque mientras me lees, puedo leerte, sacalo, que no se quede ahí. Me lastima, te lastima, que no nos queme.

Escribir…
Dejar plasmada o poder transmitir alegría.

¿Sentís mi alegría mientras lees? ¿La sentís? Sonrío, te juro, no sé por qué. Hoy me levanté feliz, ¿sabías? Mi primera reacción es decir “gracias Dios por un día más de vida, por una oportunidad más para ser mejor persona”. Me siento en la cama, medito, visualizo mi día y mi vida, la creo con mi mente. ¿Lo sentís? ¿Sentís el poder de la creación? ¿Sentís como creo mis sueños? Me baño. Pongo la cara contra la flor de la ducha y río. Canto. ¿Me escuchás a los gritos? Me miro al espejo, no reconozco esa sonrisa, no puedo creer en lo que me estoy transformando. Lo estoy haciendo. Soy feliz. Me emociono. ¿Sentís mis ojos inundados? Quiero abrazarte, vení, abracémonos, la vida es esto ¿sabías? Agradecer cada instante. Me quema tanta felicidad, quiero compartirla.

Escribir…
Por el simple hecho de escribir @conelcorazon.enlamano.

PD: si no tenés, comprate un cuadernito, te va a cambiar la vida.

#PasarseEsComoNoLlegar

Siempre escucha

“¿Algún consejo para la montaña?” le pregunté a Carmen Burone. “Hablá con Dios… en cada paso”, fue la sugerencia de mi mentora espiritual.

Y eso hice.

Disfruté en silencio cada paso que dí, me emocioné por tanta abundancia, me reí, me caí varias veces sobre la nieve, hice culopatín, volví a tener 5 años… Y, lo más lindo de todo… me conecté.

Después de almorzar, dormí una siesta, hice un mate, medité, recé, escribí, y hablé con quienes hoy ya no están (José, Miguel, Pablito…). Les agradecí semejante regalo, fue un domingo atípico, poder subir una montaña solo y en silencio en plena pandemia, es un regalo… Y en algún momento de las seis horas que estuve ahí arriba, pedí una señal.

Cuando llegué a casa, vi la foto.

Los que no están en este plano, son ángeles que siempre están… y Dios, siempre escucha .

El ego – Carmen Burone y Fede Gallardo

¿Qué es el ego? ¿Cómo lo identificamos? ¿Hay que matar al ego? ¿Se puede vivir de otra manera? ¿Quién conduce nuestra vida? ¿Y si le dejamos el volante al corazón?

Segundo podcast de la segunda temporada, una invitación a sacarnos los disfraces y a vivir #ConElCorazónEnLaMano.
Link acá 🎧


Con el corazón en la mano – Carmen Burone y Fede Gallardo

Fue un primer podcast, allá por el 15 de mayo, cuando la cuarentena parecía que se terminaba y que todo era un simple susto. Hubo muchísima repercusión de personas que pedían a gritos poder abrir la puerta de su corazón, porque la de sus casas las debían mantener cerradas.

Sin pensarlo, cada podcast fue y es el resultado de una simple pregunta: “¿Qué te duele?”.

Y así llegó la respuesta de @carmen_burone, que lleva consigo el dolor de una madre de una hija con discapacidad pidiendo a gritos una sociedad más inclusiva. Nace el segundo podcast: “Diversidad”.

Después llega el dolor de Fede, un hombre que es consiente de que hay una nueva forma de vivir, y sufre porque todavía tiene rastros de aquel viejo hombre que quedo obsoleto. Sigue con la esperanza intacta de transformarse en un “Nuevo hombre”, el tercer podcast.

“Me duele que no podamos ver a la sexualidad de una manera diferente”, y Carmen, con los ovarios bien puestos, pone sobre la mesa una temática que le genera ruido a más de uno: “La sexualidad sagrada”, el cuarto podcast.

A esta altura, el virus y la cuarentena siguen. No nos queda otra que mirarnos a nosotros mismos. ¿Qué encontramos? Emociones. ¿Qué son? ¿Cómo las identifico? ¿Cuál es el riesgo de reprimirlas? ¿Cuál es el gran desafío que nos vienen a plantear? Todas las respuestas dan nombre al quinto podcast, “Las emociones”.

Carmen entiende que hay un mismo dolor que comparten la mayoría de sus consultantes, y que a Fede también duele. Enfrentar y amar a “La soledad”, el sexto podcast, uno de los más escuchados y viralizados.

¿Cómo se acepta la muerte de una hija? ¿Cómo se vive la muerte en primera persona? Otra vez, el dolor de Carmen deja a los oyentes con un nudo en la garganta. Nace el séptimo podcast: “La muerte”.

Hay un grupo de personas que se sienten las “Ovejas negras” del rebaño, el octavo podcast, que le da lugar a aquellos que siempre se sintieron diferentes. Carmen y Fede hablan desde la experiencia propia.

Hay un hilo conductor en todo esto y es vivir #ConElCorazónEnLaMano, una nueva cuenta de Instagram, un espacio para inspirar con el propósito de vivir despiertos y en conciencia.

Seguinos en @conelcorazon.enlamano 😊

Cuantas cosas

“La noche me recuerda
Que el día es pasado
Y pienso cuantas cosas salieron bien
Como me gustaría
Poder frenar el tiempo
En el preciso instante que sos feliz
¿Cuantas veces soñás?
¿Cuantas cosas serán verdad?
Hoy es un día bueno
No sé como decirlo bien”.

Los últimos dos renglones los cantaba, todos los días de nuestra larga estadía, Tito Larrosa en el ínfimo departamento de Madrid. Por más que no quisiera, en algún momento, aparecía su voz diciendo “hoy es un día bueno…”. A veces se lo recuerdo y reímos. Lo bueno de vivir con personas llenas de valores, es que te contagias de ellos…

Siento que esa canción tuvo sentido para mí, recién cuando llegamos a Buenos Aires, allá por el 2015. Y de a poco, la empecé a cantar: “Hoy es un día bueno, no sé como decirlo bien”. Y de a poco la empecé a entender: “Hoy es un día bueno, no sé como decirlo bien”, tan simple, tan profunda…

“¿Cuantas veces soñás?” Todos los días, a los sueños los pienso, los creo, los escribo, los dibujo, los siento y los disfruto.

“¿Cuantas cosas serán verdad?” No lo sé… pero sé que esta cabaña, entre las montañas, con humo saliendo del tiraje y la luna de fondo, la dibujaba y la soñaba cuando era chiquito, cuando anhelaba con ser grande y poder vivir ahí.

“¿Cuantas veces soñás?
¿Cuantas cosas serán verdad?
Hoy es un día bueno
No sé como decirlo bien”.

#LasPelotas #CuantasCosas #PasarseEsComoNoLlegar

Una vía de tren

Vos naciste de aquel lado, yo de este.
Vos en un colchón húmedo, yo en una cuna con frazadas.
Tu mamá golpeada y tu papá borracho, los míos laburan y se miran con amor.
Vos te dormís con gritos, yo con un beso en la frente.
Tus hermanos chorros, los míos con títulos universitarios.
La licuadora de tu casa se usa para picar marihuana, la mía para hacer licuado de bananas.

Vos jugás al fútbol descalzo, yo exijo que me cambien los botines porque están “viejos”.
Vos revolvés la basura para comer, yo me quejo porque hay tarta de verduras.
Vos jugás con una piedra, yo miro el Chavo del 8 con un Nesquik.
Vos te relacionás con los pibes de la esquina, yo con mis amigos del colegio.
Vos conocés la droga, yo estudio para terminar la primaria.
Vos sentís el acero frío de un arma, yo elijo el buzo de egresados.

Vos tenés tu primer robo, yo mi primer entrevista de trabajo.
Vos corrés en el medio de un tiroteo, yo me angustio porque no sé tomarme un subte.
Vos caes en cana, yo lloro porque recursé una materia en la facultad.
Vos vas de penal en penal, cagado a palos, yo me recibo y soy Licenciado.
Vos intentás colgarte en una celda, yo como asado con mis amigos.
A vos te salva un guardia, yo me voy a dormir para jugar al fútbol al día siguiente.

A vos te dicen que no tenés solución, yo digo “que se pudran todos ahí adentro”.
Vos no podés más del vacío, yo veo como mi viejo va todos los viernes a visitarte.
Vos estás sólo y darías la vida por ver a tu familia, yo discuto con la mía en los asados de los domingos.
Vos seguís en tu celda, yo, después de varios meses, acepto la invitación de mi viejo para ir a visitarte.
Vos me recibís con un abrazo, yo te estiro la mano.
Vos me mirás a los ojos, yo corro la mirada.
Vos me decís “bienvenido, esta es tu casa”, yo amago a sonreír.
Vos me volvés a abrazar en un Rosario, yo me empiezo a aflojar.
Vos me contás tus heridas, yo empiezo a valorar mi vida.
Vos te empezás a apoyar en mi y, a mi, ya me cambiaste la vida.

¿Qué hiciste vos para nacer de aquel lado de la vía? ¿Qué hice yo para nacer de este lado de la vía? No lo sé, pero perdón por juzgarte… ¿me dejás darte un abrazo?

PD: foto de carácter ilustrativo.