Ni siquiera le dejé una seña al de arriba
Me gustaría que antes de arrancar esta nota pongas play y, mientras leas, vayas escuchando este tema de Pearl Jam que a mí personalmente me gusta mucho. Te va poniendo en sintonía para ir pensando un poco lo que te voy diciendo y quizás te quedes pensando un rato…
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Disfrutar ahora, hoy, este momento. Mañana veré. ¿Por qué pensar tanto en el mañana? ¿Lo tengo comprado? ¿Tengo comprado 5,10,15,20,30,40,50 años más? Ni siquiera le dejé una seña al de arriba por «mañana a la tarde», ¿por qué voy a dejar de pensar en el hoy? Si, en definitiva, es el único contrato vigente que tengo con la vida. Hoy, ahora, este minuto, este preciso segundo…
Es raro ¿no? Es cómo qué vivimos proyectando cosas y con esto me refiero a cosas materiales, a cosas abstractas, a cosas… A bicis, autos, camionetas, títulos universitarios, Másters, en fin, un listado interminable ¿de qué? de cosas… Y después de proyectar individualmente nuestra vida, lo volvemos a hacer con una persona al lado. Llega una edad que uno a los primeros meses de noviazgo ya empieza a proyectar si va a ser ella la mujer que vea cuando se abran las puertas de la Iglesia. Entonces antes de dedicarse a disfrutar ese noviazgo, ese momento de la vida, se proyecta con ella, después de eso proyecta hijos, nombres, departamentos, casas, y sigue proyectando…
Ojo, con todo esto no quiero decir que proyectar esté mal, a lo que voy es que hay que tener cuidado cuando nos centramos tanto en proyectar y nos olvidamos de vivir el momento…
Esto es un poco lo que te decía al principio de la nota, ¿tenemos comprado el mañana? Pero mañana me refiero a mañana cuando te levantas eh, no al mañana que acabas de proyectar. Después de irte de la oficina cansado, muchas veces hinchado los huevos por x motivo ¿sabés si mañana vas a volver a sentarte en el escritorio? Cuando te vas a las puteadas de tu casa, ¿sabés si cuando volvés a abrir la puerta van a estar tus viejos? ¿tu mujer o tus hijos? Y no por esto quiero ser pesimista, lo que pretendo es ser realista.
Es difícil no dejar de pensar de esta manera (vivir proyectando cosas) de hecho a mí personalmente me cuesta mucho. Pero hace unos días estoy tratando de hacer el ejercicio de disfrutar cada momento que nos da Dios, cada minuto, cada hora y te aseguro que algo cambió. No sé por cuanto tiempo voy a estar pensando de esta manera, pero es tan tranquila la forma en la que vivo hoy, que el día que deje de pensar así voy a, voy a, voy a… volver a leer esta nota (?)
Volviendo al tema, hay personas que nacen con esta forma de ver las cosas, con esta simpleza de quedarse con disfrutar «el presente» y, con el tiempo, proyectar. Yo creo que soy un poco más rebuscado (bastante), me cuesta disfrutar el momento e inevitablemente proyecto y no miro ni disfruto «el presente». Si te sentís relativamente identificado te propongo un ejercicio:
– Mirá el reloj y anotá la hora en un papel.
– La próxima hora (en realidad cuantas más sean mejor) tratá de vivirla de la manera en que te lo propongo yo. Estés donde estés.
– Si te acordás y tenés ganas, dejá un comentario con una pequeña reflexión.
Ojalá, la forma en que hoy veo las cosas, te pueda ayudar en algo.
Y acordate, mi consejo no es que no proyectes, sino que disfrutes.