Tenía 80 años. Se sentaba dos veces por semana en el escritorio de su cabaña con vista al lago y las montañas nevadas de la Patagonia. Lo hacía desde que el sol caía hasta el oscurecer, todos los lunes y los jueves. En su agenda decía “Escritura y creatividad”. Buscaba seguir inspirando a sus lectores a través de la escritura. Sobre el viejo escritorio de madera, con patas de hierro trabajadas por el herrero del pueblo, tenía su altar; un retrato con la mujer de su vida, una pequeña imagen de yeso blanco de la Virgen María, una vela aromática encendida a su lado, un calendario de papel con los días tachados, una caña de bambú en un recipiente de vidrio alargado, el mismo termo verde con el que hace 49 años cebaba en su mate y un cuaderno abierto de par en par. Su cuaderno tenía nombre, se llamaba “Compinche”, estaba forrado con una tela verde y todavía le quedaban algunas hojas rayadas con renglones vacíos. Renglones que anhelaban ser estropeados por la tinta de la lapicera que descansaba en su mano derecha. Lapicera que recibió para su trigésimo primer aniversario de vida, regalo que le hicieron sus padres, años antes de partir.
Acompañaban sus tardes los agradables sonidos de un piano y la presencia de su anciana perra salchicha acurrucada sobre un costado del sillón de la habitación. Allí comenzaba y terminaba su proceso de escritura, también respondía los mails de lectores sumamente agradecidos por sus obras, de alumnos de viejos talleres y de amigos de incontables viajes que había hecho por el mundo.
Diez minutos antes de terminar y recibir el llamado de su señora mujer para comer, el cerraba su cuaderno, miraba la imagen de la Virgen y sentía, con ojos húmedos, la grata certeza de saber que había cumplido su misión en esta tierra.
Y así transcurrieron sus últimos años de vida, en paz.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/laguna-larga-patagonia-fede-gallardo.jpg960808Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2020-02-18 08:11:492021-03-06 17:56:47Los lunes y los jueves 👴🏻
Te invito a “Con buena letra”, un taller de escritura para animarse a dar los primeros pasos a puño y letra; para conectar desde adentro, para abrir los ojos y expresarse mejor.
El taller será en Muchacha, un lugar que inspira, activa la creatividad y saca lo más profundo de nuestro ser. Ahí las palabras fluyen sin miedos, ni ansiedades… Un taller para vos, para que te regales dos horas a la semana durante un mes, y aprendas a escribir desde un lado distinto.
¿Cuándo? Los cinco martes de marzo 2020.
¿Dónde? En Muchacha, Estrada 881, Tigre.
¿Horario? De 19 a 21hs.
¿Qué vas a encontrar?
Un taller humano para conectar a través de la escritura. Una forma distinta de escribir a través de los sentidos. Un encuentro para generar un espacio íntimo. Un buen vino y la posibilidad de relajarte.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/Flyer-Con-Buena-Letra-post-Fede-Gallardo.jpeg12801024Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2020-02-16 17:03:182021-03-06 17:33:44Taller de escritura – Con buena letra
Nada como llegar a esta casa, la de ustedes. Nada como sentirse hijo, un rato, y que la vieja cocine algo y que el viejo cuente alguna historia. Nada como volver a estas paredes, a estas de Santa María, a las de Montes de Oca o a las de San Pedro…. paredes que fueron reflejo del paso de los años y su matrimonio.
Pero hay otras paredes, las que no se tocan y son mucho más fuertes que las construidas con ladrillos. A esas las construyeron con amor y construyeron una familia. Esa familia nació después de su corto noviazgo, sin saber cuantos cuartos iban a necesitar, ni cuántos hijos iban a llegar a esa casa que recién sentaba las bases.
Y así fue, día a día, mes a mes, año tras año, fueron de la mano poniendo ladrillo a ladrillo; ladrillos de amor, de paciencia, de perdón, de alegrías y tristezas, de metas cumplidas, de aprendizajes, de hijos, de pañales, de noches sin dormir, de madrugadas de colegio… Ladrillos que fueron formando la casa, la familia, con la llegada de las cuñadas y el cuñado, los casamientos y los primeros nietos. Ladrillos con despedidas de hermanos y de sobrinos al cielo. Ladrillos de despedidas de casas para llegar a nuevas casas, ladrillos de chinos, de huertas, de Peritos… ladrillos con más nietos, más amor y más paciencia. Al final, ladrillos con síndrome de nido vacío, de encuentro entre ustedes, de volver a empezar…
Y en el techo, fundamental para soportar cualquier tormenta, lo pusieron al Barba. Y así nos educaron, y así nos lo inculcaron, y a él le damos gracias por poder estar todos juntos brindando por 50 años de amor.
Y la vida pasa… Y la gente está cada vez más rota… Y se acumulan en un cajón de Tribunales los expedientes de infinitas historias de desamor, de peleas, de abogados… Y lo de ustedes se convierte, día a día, en un ejemplo de la palabra AMOR.
GRACIAS por todo lo que construyeron.
FELICITACIONES por estas Bodas de Oro.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/2.jpeg675900Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2019-12-10 13:25:432021-03-06 17:50:58Bodas de oro ❤️
Antonio todavía no sabe lo que yo daría, algunos minutos al día, por sentarme en su silla. Por sonreírle a las personas que caminan por el Mercado de Pulgas y ofrecerles, por ejemplo, una máquina de escribir de la década del 70. Le diría, con mate en mano, bigote largo y peluquín, a algún posible candidato:
“Le cuento la historia de esta reliquia… Mire, viene hasta con estuche, le funcionan todas las teclas aunque a veces el espacio se traba un pocoperoescuestióndeponerleaceite. Quedan pocas como estas. La fui a buscar hace unos meses a un conventillo en La Boca, era de un gallego que vino en la década del 60 a probar suerte con la música. No le fue muy bien, tenía la garganta raspada de tanto whisky y cigarrillo, se quedó sin voz y sin carrera. Pero dicen, los que saben, que tiene letras diferentes y algunas se las vendió hasta al mismísimo Serrat… ¿Y sabe dónde escribió esas canciones? Exacto… en esta Remington 20 Sperry Rand que usted tiene en sus manos.
Y se preguntará cómo llegué hasta el gallego, lo encontré por un dato que me pasó Rubén, el carnicero. Resulta ser que su primo andaba con una banda de música y un par de españoles más. Me enteré que el gallego puso en venta todo lo que tenía porque se volvía a Madrid.
El gallego tenía tres hijos, una ex mujer y una amante. Los extrañaba a todos. Lo sé por las letras de sus últimas canciones que no me cantó pero las leyó en voz alta mientras punteaba la guitarra, cuando fui a buscar la Remington. Esa tarde nos quedamos un rato largo charlando en su habitación. Hablamos de Madrid, el Parque del Retiro, Cuatro Caminos, el Museo del Jamón… me habló de su amante, que tenía ojos verdes, vivía con una colita en el pelo y una sonrisa que frenaba el tráfico. “La necesito volver a ver antes de que el cáncer avance” me confesaba mientras prendía su cuarto pucho de la tarde.
Nos estrechamos la mano y le pagué lo que pedía, que era mucho más de lo que hoy se la estoy ofreciendo a usted. ¿Por qué se la estoy vendiendo a un precio más bajo de lo que pagué? Porque vi algo en usted que me hace acordar al gallego, no sé si es su barba o su amante que lo acompaña, pero algo me dice que esta Remington 20 Sperry Rand lo estaba esperando… ¿La quiere?”.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/antonio-mercado-de-pulgas-gallardof.jpeg12801024Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2019-11-18 23:33:022021-03-06 17:56:48La máquina de escribir
Unos de los temas recurrentes en los Rosarios de los miércoles con Los Gladiadores de la Unidad 47, es el perdón. Lo hablamos, lo practicamos, lo explicamos, intentamos contar sus beneficios, pero hasta ahí llegamos. Hay una imagen que circula mientras vamos rezando que es de Jesús preso. Está sentado, con las manos juntas y una cuerda que las une. Sí, Jesús estuvo preso la noche antes de ir a su cruz. A esa imagen la vamos compartiendo en la ronda; el que le reza, cuando termina, se la da en las manos al de al lado. Así hasta llegar de nuevo al punto de partida. Hace unos miércoles empezamos a nombrar el perdón como regalo de Navidad, “¿se imaginan regalarle el perdón a sus víctimas?” Y el mensaje quedó.
Hoy a la mañana nos recibieron como siempre, esperándonos, alegres y con los brazos abiertos para darnos esos abrazos que tanto liberan, a ellos y a nosotros. Entre tantos abrazos, tuve uno diferente, el de “Marote”. Me abrazó y me mostró un cuadradito de papel, escrito y con algunos garabatos en birome: “Tomá, esta es la carta que le escribí a mi víctima, quiero que se la des”. Me temblaron las piernas, lo volví a abrazar y se puso a llorar. Bah… nos pusimos a llorar. “Acá tengo el borrador, no quería entregarle una con faltas de ortografía, quiero que la leas para que me digas qué te parece”. Su carta es una lección de vida.
Marote a los 7 años pedía monedas en los semáforos, revolvía la basura para morfar, su papá nunca lo contuvo ni le dio un abrazo y su viejita sigue siendo lo único que le queda. Gracias a caer preso, conocer el rugby y el rezo del Rosario, hoy vive y piensa de una manera diferente. Le quedan poco menos de seis meses para salir en libertad y lo único que quiere es hacer las cosas bien. Parece que ya empezó… valentía, coraje y humildad para pedir perdón.
Ahora solo queda encontrar a Carlos, el destinatario de esta carta.
#LosGladiadores
https://gallardof.com/wp-content/uploads/carta-perdon-preso-unidad.47.jpg960904Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2019-10-31 08:23:592021-03-06 17:50:58Una carta con perdón
A las que se convirtieron de chica, a las que estuvieron años esperándolo. A las que todavía esperan. A las que adoptaron con el alma y el corazón. A las que vivieron el embarazo en cama, a las que no les costó absolutamente nada. A las que aguantaron nueves meses, a las que aguantaron un poco menos y sufrieron a través de una incubadora. A las que se llenaron de miedos, a las que nada les da miedo. A las que se levantan temprano para levantar la casa. A las que manejan cientos de kilómetros por día. A las que preparan la vianda. A las que buscan las llaves en la cartera. A las que chequean las perillas de la cocina antes de irse a dormir. A las que no encuentran los anteojos y los tienen puestos. A las que llevan a sus hijos al colegio en camisón. A las ansiosas, a las tranquilas. A las que quedaron embarazadas de la persona incorrecta. A las que un día se despertaron y les dijeron “no te quiero más, me voy”. A las que le fueron infieles. A las que no las supieron valorar. A las que se convirtieron en madre, padre, hija, amiga, de un día para el otro; para siempre. A las que están solas, a las que están acompañadas. A las que están rotas por dentro y sonríen por fuera. A las que soportan contestaciones e insultos. A las que se la jugaron y sanaron. A las que entendieron que era suficiente y se empoderaron. A las que viven alegres y sonrientes. A las fuertes y seguras, a las fuertes e inseguras, a todas ellas, fuertes. A las que le dan un beso al padre de sus hijos. A las que lidian con el padre de sus hijos. A las que no patean el tablero por priorizar la paz. A las que patean el tablero por no encontrar la paz. A las que escuchan y aconsejan, a las que escuchan y abrazan, a las que dicen “acá estoy”. A las que se enorgullecen de sus hijos. A las que sufren y lloran por sus hijos. A las que reciben un “Ma, te quiero”. A las que no lo reciben pero lo esperan (ya va a llegar). A las que ponen el hombro, a las que necesitan un hombro. A las que están llegando al ocaso de la vida, a las que recién empiezan. A las que siempre dan y dieron todo. A las que no entienden como hacerlo. A las que lo hicieron como pudieron. A las que se fueron y dejaron huella. A las que están y la empezaron a dejar.
A todas ellas, feliz día de la madre.
Y a la que me sostuvo en su panza por nueve meses. A la que me crió y me malcrió. A la que me llenó de amor. A la que se le inundan los ojos con un abrazo. A la que tengo la suerte de seguir abrazando. A la que dio todo por mí, y lo sigue dando. A la que me acepta aunque quizás no sea el mejor hijo. A la que critiqué por cómo me educó. A la que agradezco cómo me educó. A la que todavía hago renegar. A la que todavía hago sufrir. A la que lo único que quiere es que yo sea feliz. A la que siempre está. A mamá. A vos, vieja, feliz día. Te amo.
https://gallardof.com/wp-content/uploads/fede-gallardo-mercedes-gallardo-vidal-molina.jpg13311000Fede Gallardohttps://gallardof.com/wp-content/uploads/logo_Mesa-de-trabajo-1.pngFede Gallardo2019-10-20 14:57:032021-03-06 17:50:58A las madres y a la mía
Los lunes y los jueves 👴🏻
/0 Comentarios/en Blog, Cuentos /por Fede GallardoAcompañaban sus tardes los agradables sonidos de un piano y la presencia de su anciana perra salchicha acurrucada sobre un costado del sillón de la habitación. Allí comenzaba y terminaba su proceso de escritura, también respondía los mails de lectores sumamente agradecidos por sus obras, de alumnos de viejos talleres y de amigos de incontables viajes que había hecho por el mundo.
Diez minutos antes de terminar y recibir el llamado de su señora mujer para comer, el cerraba su cuaderno, miraba la imagen de la Virgen y sentía, con ojos húmedos, la grata certeza de saber que había cumplido su misión en esta tierra.
Y así transcurrieron sus últimos años de vida, en paz.
#PasarseEsComoNoLlegar #ConBuenaLetra
Taller de escritura – Con buena letra
/0 Comentarios/en Blog /por Fede GallardoEl taller será en Muchacha, un lugar que inspira, activa la creatividad y saca lo más profundo de nuestro ser. Ahí las palabras fluyen sin miedos, ni ansiedades… Un taller para vos, para que te regales dos horas a la semana durante un mes, y aprendas a escribir desde un lado distinto.
¿Cuándo? Los cinco martes de marzo 2020.
¿Dónde? En Muchacha, Estrada 881, Tigre.
¿Horario? De 19 a 21hs.
¿Qué vas a encontrar?
Un taller humano para conectar a través de la escritura. Una forma distinta de escribir a través de los sentidos. Un encuentro para generar un espacio íntimo. Un buen vino y la posibilidad de relajarte.
¿Te interesa? Escribime a gallardof1988@gmail.com.
Bodas de oro ❤️
/0 Comentarios/en Blog, Reflexiones /por Fede GallardoPero hay otras paredes, las que no se tocan y son mucho más fuertes que las construidas con ladrillos. A esas las construyeron con amor y construyeron una familia. Esa familia nació después de su corto noviazgo, sin saber cuantos cuartos iban a necesitar, ni cuántos hijos iban a llegar a esa casa que recién sentaba las bases.
Y así fue, día a día, mes a mes, año tras año, fueron de la mano poniendo ladrillo a ladrillo; ladrillos de amor, de paciencia, de perdón, de alegrías y tristezas, de metas cumplidas, de aprendizajes, de hijos, de pañales, de noches sin dormir, de madrugadas de colegio… Ladrillos que fueron formando la casa, la familia, con la llegada de las cuñadas y el cuñado, los casamientos y los primeros nietos. Ladrillos con despedidas de hermanos y de sobrinos al cielo. Ladrillos de despedidas de casas para llegar a nuevas casas, ladrillos de chinos, de huertas, de Peritos… ladrillos con más nietos, más amor y más paciencia. Al final, ladrillos con síndrome de nido vacío, de encuentro entre ustedes, de volver a empezar…
Y en el techo, fundamental para soportar cualquier tormenta, lo pusieron al Barba. Y así nos educaron, y así nos lo inculcaron, y a él le damos gracias por poder estar todos juntos brindando por 50 años de amor.
Y la vida pasa…
Y la gente está cada vez más rota…
Y se acumulan en un cajón de Tribunales los expedientes de infinitas historias de desamor, de peleas, de abogados…
Y lo de ustedes se convierte, día a día, en un ejemplo de la palabra AMOR.
GRACIAS por todo lo que construyeron.
FELICITACIONES por estas Bodas de Oro.
La máquina de escribir
/2 Comentarios/en Blog, Cuentos /por Fede Gallardo“Le cuento la historia de esta reliquia… Mire, viene hasta con estuche, le funcionan todas las teclas aunque a veces el espacio se traba un pocoperoescuestióndeponerleaceite. Quedan pocas como estas. La fui a buscar hace unos meses a un conventillo en La Boca, era de un gallego que vino en la década del 60 a probar suerte con la música. No le fue muy bien, tenía la garganta raspada de tanto whisky y cigarrillo, se quedó sin voz y sin carrera. Pero dicen, los que saben, que tiene letras diferentes y algunas se las vendió hasta al mismísimo Serrat… ¿Y sabe dónde escribió esas canciones? Exacto… en esta Remington 20 Sperry Rand que usted tiene en sus manos.
Y se preguntará cómo llegué hasta el gallego, lo encontré por un dato que me pasó Rubén, el carnicero. Resulta ser que su primo andaba con una banda de música y un par de españoles más. Me enteré que el gallego puso en venta todo lo que tenía porque se volvía a Madrid.
El gallego tenía tres hijos, una ex mujer y una amante. Los extrañaba a todos. Lo sé por las letras de sus últimas canciones que no me cantó pero las leyó en voz alta mientras punteaba la guitarra, cuando fui a buscar la Remington. Esa tarde nos quedamos un rato largo charlando en su habitación. Hablamos de Madrid, el Parque del Retiro, Cuatro Caminos, el Museo del Jamón… me habló de su amante, que tenía ojos verdes, vivía con una colita en el pelo y una sonrisa que frenaba el tráfico. “La necesito volver a ver antes de que el cáncer avance” me confesaba mientras prendía su cuarto pucho de la tarde.
Nos estrechamos la mano y le pagué lo que pedía, que era mucho más de lo que hoy se la estoy ofreciendo a usted. ¿Por qué se la estoy vendiendo a un precio más bajo de lo que pagué? Porque vi algo en usted que me hace acordar al gallego, no sé si es su barba o su amante que lo acompaña, pero algo me dice que esta Remington 20 Sperry Rand lo estaba esperando… ¿La quiere?”.
Una carta con perdón
/0 Comentarios/en Blog, La cárcel, Reflexiones /por Fede GallardoHace unos miércoles empezamos a nombrar el perdón como regalo de Navidad, “¿se imaginan regalarle el perdón a sus víctimas?” Y el mensaje quedó.
Hoy a la mañana nos recibieron como siempre, esperándonos, alegres y con los brazos abiertos para darnos esos abrazos que tanto liberan, a ellos y a nosotros. Entre tantos abrazos, tuve uno diferente, el de “Marote”. Me abrazó y me mostró un cuadradito de papel, escrito y con algunos garabatos en birome: “Tomá, esta es la carta que le escribí a mi víctima, quiero que se la des”. Me temblaron las piernas, lo volví a abrazar y se puso a llorar. Bah… nos pusimos a llorar. “Acá tengo el borrador, no quería entregarle una con faltas de ortografía, quiero que la leas para que me digas qué te parece”. Su carta es una lección de vida.
Marote a los 7 años pedía monedas en los semáforos, revolvía la basura para morfar, su papá nunca lo contuvo ni le dio un abrazo y su viejita sigue siendo lo único que le queda. Gracias a caer preso, conocer el rugby y el rezo del Rosario, hoy vive y piensa de una manera diferente. Le quedan poco menos de seis meses para salir en libertad y lo único que quiere es hacer las cosas bien. Parece que ya empezó… valentía, coraje y humildad para pedir perdón.
Ahora solo queda encontrar a Carlos, el destinatario de esta carta.
#LosGladiadores
A las madres y a la mía
/0 Comentarios/en Blog, Reflexiones /por Fede GallardoA todas ellas, feliz día de la madre.
Y a la que me sostuvo en su panza por nueve meses. A la que me crió y me malcrió. A la que me llenó de amor. A la que se le inundan los ojos con un abrazo. A la que tengo la suerte de seguir abrazando. A la que dio todo por mí, y lo sigue dando. A la que me acepta aunque quizás no sea el mejor hijo. A la que critiqué por cómo me educó. A la que agradezco cómo me educó. A la que todavía hago renegar. A la que todavía hago sufrir. A la que lo único que quiere es que yo sea feliz. A la que siempre está. A mamá. A vos, vieja, feliz día. Te amo.