Presentación de los Juegos Olímpicos
A esto vamos, este es el camino del mundo, hacía allá parecería ser el fin inevitable de una especie animal que demuestra no tener respeto por nada. Una Agenda 2030 que vende y promulga este tipo de cosas, este tipo de ideologías y minorías que avanzan y rompen con todo. Porque sí, están rompiendo todo, siempre lo hicieron, pero ahora ya ni siquiera lo ocultan. Y si uno responde marcando límites y pidiendo un poco de respeto es tildado con cientos de adjetivos como “facho”, “retrogrado”, “anticuado” y sarasa…
Porque una cosa es elegir libremente la orientación sexual que cada uno quiera, mientras no le haga mal a nadie… pero de ahí al alarde de ir en contra de todo como si fueran niños heridos buscando el límite de los padres… ahí es donde pido respeto. Ir en contra de la figura de Jesús, tan libremente, en un acto que solo debería ser una fiesta del deporte… es el límite. Una fiesta deportiva se transforma en un adoctrinamiento cultural mientras millones de niños están detrás de una pantalla viéndolo como si estuviera bien. Y no, no está bien, porque al que no se le hierva la sangre de impotencia al ver esto, al que no le indigne, forma parte de esta basura.
Y está todo cada vez más claro, los seres humanos estamos tan enfermos que vende más esto que hablar de valores, que querer rescatar el mensaje de Jesús, que hablar de familia, de matrimonio o de trabajar en uno mismo para ser una mejor persona.
Me pregunto qué diría Jesús al ver todo esto… y siento que va desde la misericordia absoluta del “perdónalos porque no saben lo que hacen” a pegarles una patada en el cul@ como hizo en el templo con los mercaderes.
No lo tengo claro, pero creo que queda en evidencia que estoy más por la segunda opción que por la primera, lo que me hace tan humano como los de la foto.
En fin, las minorías se la pasan hablando de respeto, es hora de que empiecen a respetar ellas también para convivir entre todos como una especie animal, al menos un poquito civilizada.
«El mal no puede crear nada nuevo, solo corromper o arruinar lo que las fuerzas del bien han inventado o construido». J.R.R. Tolkien.
Fede Gallardo.