Con Juan Lucas Martín en la cárcel

Hace un par de años conocí a @juanlucasmartinoficial por las redes sociales. Nos empezamos a seguir cuando él recién había llegado a México y arrancaba con su cuenta de Instagram.

En el 2020 sacó a la venta uno de sus cursos llamado “Cambia tu mente, cambia tu cuerpo, cambia tu vida”. Ese fue el regalo de cumpleaños de mi familia y, apenas unos días después, lo empecé a ver.

Puedo decir que, a partir de ahí, todo cambió. Sané traumas y heridas del pasado que aún quedaban por sanar, aliviané la carga y dejé una mochila pesada de creencias, mandatos y modelos de “cómo hay que vivir”. Empecé a meditar, visualizar y crear mi vida todas las mañanas y se me hizo tan costumbre como lavarme los dientes. Seguí con el trabajo interior que estaba haciendo hace unos años y lo intensifiqué en la montaña 🏔, en el silencio y en la soledad (los mejores aliados para hacer un buen trabajo personal).

Un año después, volví al ruido. Desde entonces que la vida me pone a prueba absolutamente todos los días en esta ciudad tan linda como asfixiante y me río pensando cuánto más fácil era no tropezar estando sólo en mi cabañita 😬
Pero Bs.As también tiene sus beneficios y uno de ellos es la cantidad de gente que hay para ayudar.

Hace unos días me enteré que Juan venía a Argentina y lo invité a Los Gladiadores. Su respuesta fue rápida, su agenda estaba llena de eventos y creía imposible poder asistir. Pero cuando uno quiere todo se acomoda y, unas horas después, me confirmó 🙌🏻

Hoy me tocó ser un testigo privilegiado al ver el alivio de cientos de almas que necesitan del perdón y la esperanza. Vi caer lágrimas en muchos cachetes, desprenderse mochilas llenas de traumas y heridas de muchas espaldas y, al final, vi muchas sonrisas acompañadas de ojos inundados de emoción 🥲

Lo que más me gusta de Juan es su humildad, él no se presenta como un maestro ni como un salvador, simplemente facilita al mundo las herramientas que él mismo implementó pasa sanarse de una terrible enfermad de cuando era chico (su historia vale la pena).

Gracias Juan por tan linda mañana y gracias por ayudar a millones de personas a que cambien su vida, incluida la mía 🙋🏻‍♂️

Qué linda es la vida ❤️

 

Viaje de hermanos por Europa

Según la ciencia, para crear un hábito tenés que repetirlo durante, al menos, 21 días. Estuve a dos días de crearlo. Iba a ser un hábito un tanto inusual: vivir en el medio de un torbellino de risas, carcajadas, paisajes, caras, idiomas, sabores, cervezas, whiskies, abrazos, risas y más carcajadas provocadas por personas que están en mi vida desde que tengo uso de razón.

Soy el último de los seis hermanos. Nací unos años después que Merce, la única mujer y la que, hasta entonces, llevaba el título de la menor. Con Rafa conviví parte de mi adolescencia e intercambié cientos de partidos de fútbol. Pero a Diego, el Mono y Santi, los viví de lejos. Como si la distancia en años hubiera marcado también la distancia física. Los veía muy de vez en cuando porque algunos se habían ido a vivir al interior y otros se iban temprano y llegaban cuando yo ya dormía. No conocí sus rutinas, sus andanzas, sus adolescencias, ni tampoco sus cagadas. Fue descubrirlos y conocerlos de grandes, como amistades que van creciendo de a poco y con el tiempo. Así conocí a sus compañeras, a algunas desde que tengo siete años, a otras, unos años después, pero a todas las vi transformarse en madres, y con el tiempo, en mis amigas.

Quizás por todo esto; por convivir por primera vez con algunos de mis hermanos, o por viajar con mis cuñadas y mi cuñado, o quizás por el simple hecho de entender que estábamos por hacer algo único e irrepetible… es que siento abstinencia.

Abstinencia de las risas, de las miradas cómplices, de conocer lugares nuevos, de hablar y escuchar otros idiomas, de reír con anécdotas o situaciones del viaje… Abstinencia de mirar a todos juntos en un mismo lugar y levantar la mirada para agradecer. Abstinencia de caminar la vida, al menos por unos días, todos juntos y en un mismo lugar.

Miro al cielo y agradezco por haber nacido en la familia que me tocó nacer, tengo mucha suerte. Y a ustedes hermanos, agradecerles de corazón por lo vivido y decirles que este viaje no fue casualidad, fue el resultado del amor con el que crecimos, fue coronar y honrar lo que formaron Papá y Mamá.

Fue casi un hábito que recordaré hasta el último de mis días.

Gracias por tanto Dios 🙏🏻❤️

Este es tu legado

Este es tu legado, esto es lo que formaste con la vieja. Mi admiración más grande es la familia que lideraste, no es lo material, no son las cosas que algún día vas a dejar, es este amor que sentimos como hijos y hermanos. Es ver una familia unida dónde todo se cae a pedazos.

Este es tu legado.

Viajamos todos juntos por Inglaterra y Escocia honrándolos y agradeciéndoles permanentemente a vos y a mamá por haber sido los creadores de semejante obra.

En este momento del viaje, estamos:

Santi y Clari en Irlanda 🇮🇪
El Mono y Titi en Cáceres 🇪🇸
Diego y la Flaca en Mallorca 🇪🇸
Rafa y Xime en Asís 🇮🇹
Merce y Enri en Londres 🏴󠁧󠁢󠁥󠁮󠁧󠁿
Yo en Cadiz 🇪🇸
Y ustedes en nuestro Tigre querido 🇦🇷

Pero la distancia no impide conectarnos un ratito para sonreír y cantarte el feliz cumpleaños.

Felices 80 años viejito del alma, gracias por enseñarme a vivir ❤️

@cruzgallardo6729

Se terminaron mis 33

Se terminaron mis 33, quería morir a la edad de Jesús para parecerme en algo a Él, pero acá estoy.

Quise bajar a papel lo que aprendí en estos 365 días, pero no alcanzó el cuaderno.

Me gusta escribir así, con la coma como protagonista del renglón ✍🏻.

Si miro para atrás siempre veo un perro salchicha, 27 años de vida acompañándome.

¿La calle soledad? No la conozco maestro, mi vida es con un perro al lado 😅.

Mis desayunos son huevos revueltos con un café, aunque me cuesta un huevo no quemar el café en la Volturno ☕.

Intenté leer un libro por mes, la promesa duró un libro.

Puse una suculenta en mi escritorio, me nació llamarla Margarita.

Compré una casita para los pajaritos, todavía nadie la alquiló.

Extraño vivir en la montaña. Fui a estar solo, pero me aburrí de verme la cara en el espejo.

Volví a Tigre, extrañaba convivir con la humedad y el abrazo de los mosquitos 😳.

Todo es tan rápido en el cemento que aunque esté a una cuadra del río, a veces siento que me ahogo.

Un día me preguntaron ¿Qué le darías al otro si volviéramos a la época del trueque?, lo ayudaría a encontrar el significado de su vida, contesté.

Estuve 33 años queriendo brillar y decirle al mundo “Acá estoy, véanme 🙋🏻‍♂️”, hoy trabajo en mí para ayudar a brillar a los demás. Duele transformar la mente y el cuerpo a dicho proceso, pero mi alma tiene muy en clara su misión 🎯.

Hace unos meses me senté al borde de la cama de papá y le dije “Te amo”, juré no callar ni lo bueno ni lo malo, mientras esté en este plano.

Detesto no decir las cosas por miedo a mostrarme vulnerable, eso sí que no está en mi diccionario 🤷🏻‍♂️.

Siento que el juego se pone cada vez más interesante, cuando creo que estoy ganando, me meten un gol 😬.

Me siento cada vez más espiritual, aunque queden ladrillos por tirar de un muro graffiteado por creencias y mandatos.

Hablo de luces y sombras, de energías y vibraciones, en mi familia creen que laburo en Edenor.

Con algunas personas hago el ejercicio de verle el alma, comprobé que somos iguales con distinto traje y que las etiquetas son solo para la ropa.

Siempre digo “Qué linda es la vida”; algunos creerán que es marketing, otros, un estilo de vida 😉.

Gracias 🙏🏻

Corriendo la Patagonia Run

Hace 10 días recibí una invitación para correr la @patagonia_run. La distancia, unos 45 kilómetros. Feliz por el mensaje, lo llamé a Tito. Tardamos menos de 24hs en ponernos de acuerdo con la logística. Hacer juntos este tipo de cosas nos hace sentir vivos. El primer llamado del día siguiente me dejó con los ojos inundados, era Tito diciéndome: “Quiero regalarte el pasaje por tu cumpleaños, y no acepto un no como respuesta”. Miré al cielo y agradecí, el Fede de hace unos años no hubiera permitido ese tipo de gestos. Pero hace unos meses, en un asado, me aclararon los puntos: “Hasta que no te permitas recibir, no vas a recibir, la vida está esperando que abras los brazos”.

Y los abrí 😅

La única incertidumbre que tenía era la nula preparación física para la carrera. La última vez que corrí al menos unos 10 kilómetros fue justamente en la Patagonia Run del año pasado. De repente me encontré del lado de los inconscientes, de los que siempre critiqué, de aquellos que no se entrenan y encarar este tipo de desafíos como si nada…

El martes salí a entrenar con la idea de correr al menos una hora, pero a los 20 minutos el gemelo izquierdo me obligó a frenar. Faltaban cuatro días para la carrera. Estaba realmente jodido. Una voz me decía: “¿No será una enorme señal para que no vayas y no hagas boludeces?”. Y otra me decía: “No Fede, la señal es que haya caído la inscripción del cielo y que tu amigo del alma te regale los pasajes”.

Y elegí la segunda 😬

Empecé, gracias a mi kinesióloga, un corto e intenso proceso de creer que podía, al menos, correr un par de kilómetros.

Y creí 🙏🏻

Y viajé 🛫

Y llegué 🏔

Fueron 9 hs y 51 minutos en la montaña.

Disfruté y agradecí tanto que el gemelo aguantó hasta el kilómetro 40.

Y el resto lo caminé entre lágrimas por todas las cosas lindas que me pasan, porque son muchas 🙌🏻

Gracias @titolarrosa por acompañarme hasta el kilómetro 35, todo es mejor con vos.

Gracias @azcarate.gabriela por la invitación, tu carrera es la mejor de América.

Gracias Dieguito por tu enorme hospitalidad.

Gracias Andre por ayudarme a creer.

Qué linda es la vida ❤️

#TrailRunning #SanMartinDeLosAndes #Patagonia #Argentina

 

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La guerra en Ucrania

Me desgarra pensar que cientos de miles de personas tienen que dejar su vida atrás, su casa, su techo, su hogar. Que hay chicos como este que dejar de ser chicos porque pierden su inocencia. Que hay personas muy mayores que tienen que volver a empezar porque, en cuestión de días, todo quedó atrás. Que hay padres que dejan su familia para defender a su país. Que hay madres y esposas que pierden al amor de sus vidas y tienen que seguir solas.
Me desgarra pensar que, en este momento, mientras escribo, hay almas inocentes muriendo por decisiones de muy pocos.
Qué angustia y qué impotencia… viviendo una guerra que puede llegar a mayores, una guerra que puede comprometer al mundo y a millones de personas inocentes. ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué tanta maldad? ¿Por qué no aprendimos nada?
Una pandemia nos atravesó por la mitad para que entendamos el valor de estar vivos, para que frenemos y revisemos el ritmo con el que veníamos “viviendo”. Nos metieron en nuestras casas y muchos nos animamos a viajar para adentro para intentar revisarnos y salir un poco mejores de ese encierro, otros intentaron hacerlo pero vieron tanta oscuridad en su interior que eligieron seguir adelante como si nada hubiera pasado.
Y esos… esos son los que hoy están destruyendo el mundo. Porque no solo no aprendieron nada, sino que parecería que tomaron envión para hacer daño más fuerte. Esos son los que no tienen conciencia, los que creen que puede llegar a haber argumentos lógicos para iniciar una guerra, los que opinan que lo que está pasando está bien porque Rusia esto o lo otro, los que creen que hay derecho a quitar una vida por el ego, la avaricia, el poder y la locura de unos muy pocos.
En un momento, hace no mucho, tuve la ilusión de creer que la pandemia nos había transformado en personas más conscientes… pero para la oscuridad no hay conciencia que valga.
Trabajemos muy fuertemente para construir un mundo con más paz, trabajemos todos los días de nuestras vidas para intentar dejar este planeta un poquito mejor de lo que lo encontramos.
Trabajemos, incansablemente, en nosotros mismos para que deje de haber, de una vez por todas, inocentes que sufren nuestra miseria.